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La pizarra apocalíptica: Crisis en tierras infinitas

Publicado en Mas24

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Las Crisis son el borrador apocalíptico que la DC usa cuando su pizarra está tan llena de eventos, personajes y fantaciencia loca que el horizonte de las historias ya no se distingue. El barroquismo, el exceso y desbordante mitología propia suelen asustar a los que deciden en la editorial y, de tanto en tanto, ya sea planeado o sobrevenido, todo se olvida para volver a comenzarlo. Lo que ocurre, es que las historias son tercas y poco a poco, siempre regresan.

Cuando en 1961 Gardner Fox al guión y Carmine Infantino al dibujo, hicieron a Flash vibrar a través de la sangría para descubrir la existencia de una realidad paralela, donde su contrapartida de los 40 seguía en activo no sabía lo que El Flash de dos mundos iba a desencadenar. Poco después, la Liga de la Justicia de los 60 y la Sociedad de la Justicia de los 40 formaban equipo por primera vez en 1963 en Crisis on Earth One. Aquella historia en dos números sintetizaba en su modestia dos décadas de aventureros enmascarados y superdioses, de los orígenes pulp a las divinidades de la edad del LSD. El encuentro se convirtió en un clásico anual que hermanaba la continuidad de Tierra-1 con la de Tierra-2, aquella donde los héroes envejecían y pasaban el manto, ese hermoso concepto diferencial de la DC que incide en el carácter de sus personajes como realeza o como panteón pop.COIEHC-168

Lo que ocurrió es que para 1984 aquello se había vuelto ingobernable, y a decir de los mandamases de la editorial, anticuado, obsoleto. Los mundos duplicados y las tierras paralelas habían crecido con vida propia hasta formar un abigarrado multiverso de continuidad impenetrable. Pese a la oposición de algún guionista de peso como Roy Thomas, que pensaba que era mejor no perder el concepto original y que bastaba con reducirlo en escala manejable, se determinó finiquitar aquello.

La DC, tal y como se la había conocido hasta entonces se despediría a lo largo del  siguiente año con una maxiserie de 12 números titula Crisis en tierras infinitas. Esto significaba el entierro definitivo de la Silver Age, con sus ideas locas, su absurdo, sus héroes idealistas y solares, que ya se habían ido oscureciendo desde mediados de los 70.

Escrita y dibujada por el equipo de los Jóvenes Titanes, Marv Wolfman y George Pérez, aquel evento trascendió su utilitarismo editorial para convertirse en una obra maestra del tebeo superheróico. Su escala épica era lo nunca visto. La tragedia y las dimensiones de la misma, que eran también metalingüísticas, sobrecogían al lector en viñetas y páginas  de horror vacuiestético-narrativo. La narración de Wolfman era el guión de la epopeya del fin de los tiempos, lleno de pasado y de futuro por igual mientras recontaba, minucioso, la disolución del presente y el dibujo de Pérez era grandioso y detallista al tiempo, tan expresivo en la destrucción en grado planetario como en el drama íntimo de unos héroes que experimentaban la clausura de su realidad, del cómodo universo contenido en el recuadro de la viñeta y la diagramación de la página.

Los mundos colisionaban unos contra los otros en imágenes literales mientras Flash, que lo había empezado todo más de veinte años antes, corría contra la muerte, el no volver a ser escrito y dibujado, para intentar que no se terminase casi veinte años después. Todo se venía abajo entre cielos rojos bíblicos e interferencias entre las esferas de las historias. Un apocalipsis de la página, determinado por el peor villano de la historia: el editor, el autor y su cómplice… el lector mismo.

En 1986 la DC recomenzaba entre series legendarias que suponían una evolución drástica del tebeo de superhéroes. El Batman de Frank Miller, el Superman de John Byrne, la Wonder Woman de George Pérez, el Question de O’Neil y Cowan, el Flecha Verde de Mike Grell… y los británicos, claro, los británicos: Alan Moore, Jaimie Delano, Neil Gaiman, Peter Milligan, Grant Morrison…

Lo cambiaron todo, otra vez. Lo pusieron a funcionar con nuevas historias que empezaron a crecer. Y seguramente fue mejor, al menos durante un periodo de tiempo durante el cual la reconstrucción del aftermath favoreció una libertad y una efervescencia creativa insólitas. Pero algo se había perdido en el proceso, algo de locura, algo de ingenuidad, una fracción de magia. Es el pecio de hacerse adulto.

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2 comentarios el “La pizarra apocalíptica: Crisis en tierras infinitas

  1. John Space
    21 May 2014

    «El Flash de dos mundos», CeTI, Waid y Johns, Crisis Final, Flashpoint… Ni Wonder Woman, ni Linterna Verde, ni Detective Marciano, ni nada: al final, era Flash el tercero en la Trinidad DC.

    Y qué bien pinta la nueva serie de TV.

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